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Te vas de la iglesia catolica

¿Puedo cambiarme de religión como me cambio de calzones?
 
NO, PERO VEAMOS PORQUE¡¡¡¡



 



El otro día un sectario evangélico me dijo: «¿Por qué no viene a nuestro culto y se cambia de religión como aquel sacerdote católico que se hizo predicador del Evangelio?» Le contesté: «Señor retrasado, cambiar de religión sería para mí un pecado mayor. Pero dime, le pregunté, ¿cómo se llama aquel sacerdote que era católico y que se cambió de religión? ¿dónde vive? y ¿dónde pasó eso?». No sabía qué contestarme. No sabía el sectario   evangélico cómo se llamaba el sacerdote, ni dónde vivía... pero luego contó que tenía un casete grabado con su testimonio.

(claro, no sabe que no hay sacerdotes válidos luego de 1968)

Bueno, le dije, cualquier persona puede decir y grabar lo que quiera para sembrar dudas, pero este asunto me huele a mentira, y no olvidemos que «Dios odia a los mentirosos» (Prov. 6, 17). Y suponiendo que sea verdad que algún sacerdote católico es infiel a su vocación, esa no es ninguna razón para que yo me cambie de religión. Jesús tenía Doce apóstoles y uno de ellos lo traicionó, pero no por eso hemos de abandonar a Jesús y a la Iglesia que El fundó. (menos a la p...ta del vaticano II)
 
1. ¿Por qué no me puedo cambiar de Iglesia?
Primero, la religión no es como la política: hoy pertenezco a un partido y mañana no me gusta y me cambio a otro. La religión tampoco es como cambiar de camisa. La religión es algo que me merece mucho respeto y absoluta obediencia porque Dios dicta cada ley para cumplirla sin chistar nada.
Además la religión católica, de la cual soy miembro (1958 hacia atrás), existe desde Jesucristo hasta ahora y es la única Iglesia fundada por Jesucristo sobre el apóstol Pedro y sus legítimos sucesores (Mt.16,13-19). Y además Jesús claramente dijo: «Yo estaré con ustedes todos los días hasta el final del mundo». ¡Y el Señor Jesús no miente!
Ahora bien, la secta pentecostal comenzó recién en el año 1906 en los Estados Unidos, como un movimiento de renovación dentro de los metodistas y de a poco se fue extendiendo por todos los países de América Latina. (como una sarna...)
Desde aquella fecha hasta hoy esta práctica de división ha sido como el distintivo de los pentecostales. Algunos hablan ahora de que ya son casi 300 las sectas evangélicas distintas en América Latina.
Les confieso que tengo mucho repudio no solo por el movimiento pentecostal (lo que no es católico de verdad, lo tibio) y hasta sé que nunca jamás podrá llegar a ser un camino de santidad. Pero me es imposible cambiar de religión porque estoy plenamente convencido de que la Iglesia Católica es la única fundada por Jesucristo sobre Pedro y, por lo tanto, la única verdadera. (a qué me voy a una copia barata, a qué)
Un argumento que siempre debiera estar a flor de labios de los católicos es este: Jesús fundó la Iglesia Católica sobre Pedro: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt.16, 18). De aquí se deduce que todas las Iglesias que son edificadas sobre otro fundamento (lucifer = jehova) que no sea Pedro contravienen expresamente la voluntad de Cristo. Esta es la verdad que glosa este versito:

Junto al mar de Galilea
el Señor dijo a Simón
tú estarás en el timón
de la Santa Madre Iglesia.
 
¿Dónde estaban, por ejemplo, los evangélicos en los años 100, 500 y 1000 y hasta el siglo XVI? ¿Dónde estaban cuando San Jerónimo tradujo la Vulgata? ¿Dónde estaban cuando las grandes persecuciones romanas en que tantos cristianos murieron por Cristo? Si para los evangélicos la Iglesia comienza con Lutero. ¿Cómo salvan entonces la laguna temporal entre el nacimiento de Jesús y el siglo XVI?¿Qué pasa durante estos 15 siglos de vida de la Iglesia? ¿Cómo se cumple durante este lapso la promesa de Jesús «Yo estoy con ustedes». Esos pendejos no estaban por ningún lado.

Los podridos protestantes de la mano de los judios irrumpieron en la historia sólo a partir de 1500, por tanto no tienen ni la historia ni el tesoro de la Tradición cristiana que tenemos nosotros. Tampoco tienen esta pléyade de casi un millón de mártires que han dado la vida por Cristo y que tenemos los católicos como un gran regalo de Dios. Y no, los que se dicen mártires de siria, iran, afganistan, rusia, ukrania... ni la conchinchina son cristianos sino cretinos islamistas, cerdos mañosos.

Pero hay más. Dentro de la Iglesia Católica Dios me comunica su Espíritu Santo y todos sus carismas y dones espirituales. Dentro de esta Iglesia encuentro la verdadera adoración al Dios único y verdadero. La Iglesia Católica me comunica sus sacramentos, que son signos sagrados por los cuales Cristo mismo me santifica (solo válido para sacerdotes ordenados antes de 1968). Y es sobre todo la Iglesia Católica la que me ofrece el Pan de vida en la Eucaristía en la Santa Misa Tridentina (solo válido para sacerdotes ordenados antes de 1968 y que sean sedevacante, no fan de lefebvre o thuc u otro fsspx). «Yo soy el Pan de vida que bajó de cielo, dice Jesús, y si ustedes no comen del Cuerpo del Hijo del Hombre y no beben su Sangre, no tienen vida». (Juan 6, 51, 53). La verdad es que hay muchas cosas que dejó Cristo en la Iglesia y que yo no las encuentría ni un niño en las sectas Evangélicas y que, reitero, solamente están en la Iglesia Católica.
 
2. La cuestión de la bebida
Ahora bien, a veces los sectarios llaman a cambiar de religión por la cuestión del trago. Quieren dar la impresión de que los católicos somos todos unos borrachos. ¡Qué injusticia y qué calumnia más grande! (ellos debajo de la mesa o sentados en el inodoro que nadie los vea se toman hasta el agua del caño)
Llaman a cambiar de religión para «no tomar más» ¡como si la religión católica fuera una religión de borrachos! Esto es una gran falta de caridad y de respeto. Y aunque a veces hay personas que han dejado el trago al hacerse evangélicos, ello no significa que nuestra religión sea una religión de borrachos. No, son meramente controlados para mantener una facha para la secta.
En estos últimos tiempos y en algunos lugares, muchos católicos por distintas razones se han pasado a ser sectarios evangélicos. Pero yo les digo a los católicos: No se desanimen. «No temas, pequeño rebaño», porque al Padre de ustedes le agradó darles el Reino (Lc. 12, 32).
En la historia de la Iglesia Católica, una historia de 2000 años, hubo épocas en que casi todos abandonaron la verdadera fe. Por ejemplo en el año 356 se metió la herejía del arrianismo entre los creyentes y casi todos, hasta obispos y sacerdotes, abandonaron la Iglesia. Tiempo después terminó el arrianismo y volvieron otra vez a la Iglesia Católica. ¿Sucederá igual ahora?
En el año 1200 aparecieron en Europa los cátaros y los waldenses, hombres muy pendejos y poco espirituales, predicaban una secta y daba la impresión que iban a terminar con todos los católicos. Luego terminó el fervor de estos grupos y hoy día ya nadie habla de ellos. Pero la Iglesia Católica sigue. En los años 1500, Lutero y Calvino (usureros al servicio de la juderia) protestaron contra falsos abusos que había en el interior de la Iglesia Católica. Formaron sectas separadas, las sectas (usureras que ustedes conocen) protestantes, que después con el tiempo se dividieron en muchísimas sectas (como cucarachas con diferente hueco). Hoy en día muchas de estas sectas se sienten avergonzadas de tantas divisiones y poco capital robado a sus adeptos, porque saben muy bien que Jesús no quiere sectas si a todos en la Iglesia Católica como EL manda. La elección de una secta para sustituir a la Iglesia Catolica son una gran tentación de todos los tiempos. 
 
3. Los falsos profetas.
Ya en tiempo de San Pablo, se metieron falsos profetas que entregaban enseñanzas mentirosas: «Hermanos, dice el Apóstol, les ruego en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo que se pongan de acuerdo y que no estén divididos» (1 Cor.1, 10). «Me admira mucho que ustedes estén dejando tan pronto a Dios y que estén siguiendo un mensaje de salvación tan diferente. Lo que pasa es que hay algunos que les molestan a ustedes y quieren cambiar el mensaje de salvación de Cristo. Pero si alguien les da a ustedes un mensaje de salvación distinto del que les hemos dado, que esta persona sea maldito» (Gal.1, 6-9).
Lo mismo escribe San Pablo en su carta a los Corintios contra los falsos apóstoles (2 Cor. 11,1-15). Algunos se han desviado y se han perdido en discusiones inútiles. Quieren ser maestros de religión, pero no entienden ni lo que ellos mismos dicen, ni lo que pretenden enseñar con tanta seguridad. (1 Timot. 1, 4-7 y 6. 3-5).
También el apóstol Pedro advierte contra los que enseñan mentiras: «Hay maestros mentirosos entre ustedes. Ellos enseñan secretamente sus ideas dañinas, negando así al propio Señor que los salvó. Hablan mal del verdadero camino que es el Evangelio y en su ambición de dinero, los explotan a ustedes con enseñanzas falsas.» (2 Pedr. 2, 1-3).
 
4. Predicar el Evangelio «a mi manera».
Estos textos no los invento yo, están escritos en la Biblia Vulgata, septuagina, straunginber. Y al igual como en otros tiempos había grupos de sectarios disque "cristianos" que predicaban un evangelio a su manera, así no debemos asustarnos que ahora también aparezcan grupos que predican y explican un evangelio a su manera. No se desanimen, no se dejen engañar, no acepten verdades a medias que son lo mismo que una mentira. Siempre ha existido la tentación de abandonar la Iglesia Católica y formar nuevas sectas. Siempre que hay problemas, crisis o pecado en el seno de cada secta se producen divisiones. Como las amebas... se dividen...
Es un pecado mayor salirse de esta Iglesia Católica para formar una secta (de satanas, obviamente).

No olvidemos que al final de la vida de Jesús casi todos lo abandonaron. Y hoy más que nunca tienen vigencia aquellas palabras de Jesús: ¿Y ustedes también quieren abandonarme? Al pie de la cruz de Jesús estaban sólo su Madre María, el apóstol Juan y algunas mujeres (Juan 19, 25-27) ¿Dónde estaban los otros discípulos?
Y cuando Jesús habló a sus discípulos acerca de comer su Cuerpo y beber su Sangre (Juan 6, 56) muchos discípulos suyos le dijeron: «Esto que dice es muy difícil de aceptar, ¿quién puede hacerle caso?» ( Jn. 6, 60) Y muchos lo abandonaron. Luego Jesús preguntó a sus Doce apóstoles: «¿Quieren irse ustedes también?» (Juan 6, 67).
 
ERES CATÓLICO O ERES SATANISTA pero no evangelico, adventista, metodista ni nada de eso.
 
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